Juan Sandoval (Cittadellarte)

 Arte para la transformación social responsable.

www.cittadellarte.it

El punto de partida para la ponencia será un recorrido visual por la obra de Michelangelo Pistoletto, artista italiano fundador de Cittadellarte. La obra de Pistoletto es la base conceptual de Cittadellarte, desde sus inicios con los cuadros espejo al final de los años 50’s e inicio de los 60’s, pasando por las acciones colectivas con el grupo «lo Zoo» hasta el proyecto arte del año 94. 

Cittadellarte se propone como un lugar de investigación, discusión y creación artística,  donde el arte es asumido no sólo como actividad creativa sino como motor de trasformación de la sociedad, desde la economía, hasta la pólitica, la producción, etc.

A través de la presentación de los diferentes proyectos que Cittadellarte desarrolla, -como por ejemplo Love Difference de la officina política o UNIDEE de la officina educación- entraremos en el detalle de su funcionamiento y los nexos que ella misma ha creado con otros sectores de la sociedad.

Por último veremos algunos ejemplos de colaboración de Cittadellarte con jóvenes artistas en proyectos artísticos que interactúan con diferentes sectores de la sociedad. Proyectos a nivel internacional: Israel, Argelia, Italia y Colombia.

A continuación se transcribe un extracto de una entrevista de Bianca visser a Michelangelo Pistoletto, que es ilustrativa del posicionamiento de Citta dell Arte sobre el arte como transformador social.

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Michelangelo Pistoletto. Realiza utopías

Publicado en la revista «Atlántica» n° 34, 2003.

¿Cúal es el objetivo de Cittadellarte?

Nuestro objetivo es el de generar una transformación social. Ésta es la base de nuestra investigación y todos los que estamos aquí estamos involucrados en este propósito. Este sitio forma un núcleo, que se subdivide en otros. Porque, cuando se habla de cambiar la sociedad, en el sentido de asumir responsabilidad, hay que abordar y analizar todos los aspectos que están involucrados. La economía, la política, la educacíon, la producción, el mercado…Cada aspecto ha de ser analizado. En Cittadellarte hemos creado varios departamentos que se encargan de desempeñar esta tarea.

El arte está vinculado al tejido social, en el sentido que es posible reconsiderar la estructura desde la creatividad, originando una transformación. No se trata de crear una transformación estética, sino substancial. Aquí no pintamos cuadros que después sólo sirvan para colgar de la pared. Queremos cambiar el sistema. Reconstruir la sociedad cuesta tiempo. Yo simplemente pretendo alentar el proceso.

¿Cómo surgió Cittadellarte?

La premisa de la cual parte este proyecto está basada en mis pinturas-espejo. El concepto de estas obras surgió a finales de los años 50, principios de los 60. La sociedad en aquel entonces estaba sumida en una crisis existencialista. El concepto de progreso, que hasta entonces había sido la fueza motriz que había impulsado nuestra sociedad, había llevado al desastre. Convencidos de que el avance nada más que aportaba beneficios, habíamos justificado y aprobado incondicionalmente todos los actos que debían favorecer el progreso. El objetivo justifica los medios. Estábamos equivocados. Los resultados fueron devastadores.

Yo en estos momentos estaba absorto intentando averiguar en qué dirección debía delplegar mi trabajo. Quería producir un espacio nuevo que me permitiera trabajar como artista. Sentía que la perspectiva lineal que había sido diseñada durante el Renacimiento, había sido alcanzada. Así fue como me pregunté si debía aplicar la perspectiva en mis dibujos, o no. Los cuadros que se producían en aquella época, desde Piet Mondrian a Jackson Pollock, eran absolutamente planos. Ya no había profundidad. El objet trouvé de Marcel Duchamp, o prêt-a-porter, como yo suelo llamarlo, estaba exento de perspectiva. Tras este logro, ¿qué otro espacio quedaba por conquistar?

Comencé pintando autorretratos. El fondo de mis cuadros fue transformándose en una superficie que reflejaba el entorno. Esta evolución siguió, hasta que acabé sustituyendo el lienzo por un espejo. Cuando esto sucedió, aquel ya no era mi retrato, sino el de todo el mundo. Este descubrimiento me chocó profundamente. Me percaté de que formaba parte del mundo. Yo tenía que ver con la realidad. Es importante tener presente qué ofrece el espejo, al contrario de la perspectiva renacentista, no dirige la vista en un único sentido. Sobre la superficie del espejo confluyen por lo menos dos direcciones, por no decir infinitas. Estaba claro que había hecho paréntesis al Renacimiento. Cuando el espejo abrió la perspectiva, quedó demostrado que no sólo es importante el futuro, sino también el pasado. El progreso sólo había mirado hacía adelante, pero en ningún momento se había girado hacía atrás.

Para mí el espejo se convirtió en un principio universal. El reflejo del espejo cambia continuamente. No sólo representa aquello que se ve, sino el universo infinito. La superficie del espejo abarca desde el principio del universo, hasta el final. Es una televisión eterna. Aquí confluye todo. Es el punto de unión entre positivo y negativo, virtual y real, delante y detrás… De todos los conceptos contrarios.

El espejo no conoce límites de tiempo. La ilusión de que el tiempo se puede parar, se desvaneció ante mí. Esto me hizo ver que, al no detenerse el tiempo, la verdad está permanentemente sujeta a cambios.

La libertad que me proporcionó el descubrimiento que se escondía tras el espejo, fue tan grande que adquirí responsabilidad. Porque, cuanto más libre eres, más responsabilidad asumes. Aquel que vive bajo el yugo de otro no es libre. Esta libertad es algo que no se ha de perder de vista. La libertad se sostiene en una mano, mientras que la responsabilidad se sostiene en la otra. El rey históricamente tiene más responsabilidad de sus súbditos, porque él dispone de libertad de decisión. Por eso propongo al arte como motor para generar nuevos pensamientos. Pensamientos que no están pensados para una persona en particular, sino para toda la humanidad.

¿Por qué cree que el artista es el indicado para asumir una trasformación social?

Considero que el artista es el indicado para generar una trasformación social, en primer lugar, por que soy artista y, en segundo lugar, porque aquello que descubrí, surgió del arte. No fue descubierto por la economía, ni la política, o el mercado. A través de los medios de comunicación observamos conflictos y nos vemos enfrentados con problemas  imposibles de solucionar. Somos espectadores de tantos males. Es una forma tan idiota de existir me gustaría averiguar qué es lo que mueve la actitud humana.

El concepto de ser humano todavía no está bien definido. ¿Qué es un ser humano? En mi opinión, es muy importante saber responder a esta pregunta. Hasta considero que es nuestra responsabilidad hallar una respuesta. Debemos saber expresar lo que somos.

Las preguntas esenciales de la vida forman la base de las religiones, de la política y de la economía. Uno siente miedo cuando piensa en la muerte y alegría cuando se olvida de que va a morir – se ríe – . Eso es a lo que la vida se reduce. La religión ofrece repuesta a las interrogantes, con lo cual guían la vida en una cierta dirección. La iglesia abusa del miedo que todos sentimos. Todo esto debe ser reconsiderado.

En el manifesto Progetto Arte, en 1994, establecí la importancia del arte para la sociedad. No entiendo por qué las personas se matan unas a otras, ni por qué producen situaciones miserables. Me niego a aceptar la manera en la cual marchan las cosas. Hemos de generar un concepto nuevo. Un pensamiento que puede ser útil para todos, manteniendo nuestras diferencias.  Porque las diferencias son básicas.

¿Qué será de Cittadellarte dentro de 50 años?

Cittadellarte tendrá éxito si logra generar cambio. Es algo muy importante, porque las cosas van bastente mal encaminadas. Cada vez nos acercamos más al establecimiento de una nueva forma de dictadura y a un nuevo sistema de colonización. Ambas constituyen desarrollos extremamente peligrosos.

Hay que cambiar algunas cosas. Nuestra intención no es crear confusión. Tampoco es nuestra intención generar algo nuevo, sino de transformar allí donde es necesario. Nos quedan muchas preguntas por contestar. Grandes interrogantes. No estamos hablando de castillos en el aire.

Las utopías son muy importantes, porque son el fruto de un pensamiento. Pero las utopías han de convertirse en proyectos que, a su vez, han de trasladar estas ideas a la realidad. Opino que aquello que se pensaba hace quince o veinte años, ahora se ha convertido en una necesidad. Cittadellarte es la encarnación de una utopía. Todos los sueños utópicos han de disponer de un lugar donde puedan ser desarrollados. Nosotros ofrecemos un sitio así. Aquí no simplemente hablamos, sino que hacemos. Porque consideramos que ha llegado la hora de hacerlo.

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